Los inicios de la Sociedad Agrícola del Norte Asociación Gremial (SAN A.G.) se remontan al año 1907, para dar voz colectiva a los agricultores de las – entonces – provincias de Coquimbo y Atacama que hasta esa fecha, y cuando era necesario, buscaban eco a sus inquietudes en la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
La propia SNA aconsejó esta medida regionalizadora, tanto para el sur como para el norte de Chile, fórmula más efectiva y cercana para resolver diversos problemas del rubro, y también los conflictos sociales que comenzaron a surgir al crearse numerosos sindicatos campesinos, principalmente en Choapa, que más que buscar un acuerdo de trabajo, propiciaban una fuerte confrontación que fue similar en todas las áreas de la sociedad chilena.
Fue el día domingo 17 de noviembre de 1907 la fecha en que se produjo el acuerdo constitutivo de la Sociedad Agrícola del Norte. En la sala de sesiones del municipio de La Serena un grupo de agricultores visionarios tomó el consejo de la SNA.
Para los orígenes de la Sociedad Agrícola del Norte sin duda que el aporte y ayuda entregado por el entonces Agrónomo Regional de la Primera Zona Agraria (hasta el año 1907 aún no se había creado el Ministerio de Agricultura) don Augusto Opazo G. fue vital. Desde su cargo cumplió una brillante tarea de convencimiento para la formación de la Sociedad Agrícola del Norte y cuyas ideas fueron guía matriz de la organización.
Dichas ideas quedaron registradas en un artículo de prensa publicado el 05 de noviembre de 1907, y que también permitió dar a conocer la realización del comité organizador de la primera reunión de la institución. En el texto Opazo advertía que las provincias del Norte Chico vivían una situación de semi aislamiento, acentuada por una falta de presencia informativa, puesto que la producción y los problemas del agro nacional siempre fijaban su límite norte en el valle de Aconcagua.
Advertía también que una sociedad agrícola como la que se proyectaba se tenían importantes problemas que resolver, y en su texto se encarga de detallar uno por uno y que son los siguientes:
El problema del agua, que debe ser resuelto conjuntamente con acciones gubernativas, traduciéndose en la construcción de represas en las cordilleras, para almacenar las que se pierden en tiempos de abundancia y luego condenan a largos periodos de extremas sequías;
La creación de una central regional de abonos para ser puestos a disposición del agro a precios más convenientes, conjuntamente con un depósito de salitre, visto que los cultivos intensivos y de parecidos productos, acusan un notorio agotamiento de los suelos. Central proveedora capaz de actuar sin fines de lucro;
La carencia de mano de obra, que requería de una propuesta contundente que pusiese fin al problema de inmigración de los trabajadores atraídos por mejores salarios en las faenas salitreras del Norte Grande;
La compra y venta de maquinaria, poniendo a disposición un parque moderno y nuevas variedades de cultivos con su correspondiente asistencia técnica;
El establecimiento de escuelas agrícolas para crear especialistas que sumen a su competencia el conocimiento de la tierra y su compromiso con ella por ser parte de sus orígenes, aporte que cualquier proceso innovador estaba enfrentado a una masa laboral con carencias de conocimientos y que en nada ayudaban a desarrollar proyectos y , por el contrario, solo creaban obstáculos.
La creación de una instancia de convocatoria anual que, bajo forma de exposición, propicien el estímulo para buscar más y mejores logros, excelencia y contactos con mercados;
El periódico encuentro para conocer informes sobre nuevas técnicas, aplicaciones de metodologías, optimización de recursos y todo cuando se conozca de las ciencias agropecuarias aplicables en el territorio;
La vigilancia a los servicios ferroviarios en cuanto atañe a la conducción y tarifas aplicadas a la carga con destino a los grandes mercados;
Parecida actitud sobre la calidad de los caminos, su estado y mejora para agilizar la salida de los productos y la red de apoyo que ellos requieren;
La replantación de los cerros para evitar la erosión y minimizar la fuerza de los aluviones, replantación que debe ser objeto de una ley que fiscalice y estimule;
La reglamentación de la caza y protección de algunas especies en peligro, como son los casos de las chinchillas y el camarón de río;
Y, finalmente, un estudio permanente para sacar provecho a las permanentes innovaciones de todo orden, las más de las cuales requieren de una conducta proactiva y no reactiva frente a hechos consumados.
REPRESENTANTE DEL AGRO
Tras realizarse la primera reunión el día domingo 17 de noviembre de 1907, la consistencia gremial permitió convertir rápidamente a la entidad en un interlocutor válido que consiguió ante los poderes públicos cambios substanciales en el enfoque de sus políticas agrarias para las provincias de Atacama y Coquimbo, iniciándose los estudios conducentes a establecer embalses, viveros, y sumarse en las muestras feriales que constituyen lo más representativo del quehacer agrícola , ganadero y , más tarde, corporativo en agrupaciones de productos afines.
El primer directorio de la SAN, estuvo integrado por don Roberto Álvarez Zorrilla, como presidente, y don Augusto Opazo, como Secretario. En condición de directores y a cargo de diversas tareas , asumieron don José Antonio Valdés, don Carlos Chadwick, don Carlos Naranjo, don Ramón Elzo, don Roberto Illanes, don Manuel A. Pizarro, don Juan L. Rojas, don Marcos Carmona y don Armando Salamanca.
Con su trabajo lograron cambiar la situación de la agricultura provincial en cuanto pudieron dirigirse al Gobierno como interlocutores válidos, representando las necesidades y presentando fórmulas de solución que colocó a las provincias de Coquimbo y Atacama en condiciones de igualdad frente a otras organizaciones nacionales, llegando a desarrollar potencialidades que se convirtieron en líderes.
En la actualidad los principios y motivos que guiaron la fundación de la Sociedad Agrícola del Norte permanecen intactos. Si bien las décadas han pasado, aún el gremio sigue con el firme compromiso de promover la racionalización, desarrollo y protección de la agricultura, actividades conexas y agro-industriales, como asimismo representar a sus afiliados y velar por los intereses generales del sector.
Para cumplir dichos fines la Sociedad Agrícola del Norte realiza su labor gremial a través de:
1. Apoyar y gestionar las principales demandas y necesidades del sector ante autoridades y organismos del Estado.
2. Establecer alianzas con gremios nacionales como FEDEFRUTA y SOCIEDAD NACIONAL DE AGRICULTURA (SNA), accediendo a reportes técnicos sobre normativas, transparencia de liquidaciones de exportación, acceso a cursos, seminarios y ruedas internacionales de negocio.
3. Apoyar en la formulación de proyectos productivos ante INIA, CORFO, PROCHILE, FIA y SERCOTEC.
4. Favorecer el acceso prioritario a programas de capacitación con nuestro organismo capacitador AGRINORCAP.
5. Ayudar en la toma de decisiones con información especializada en agroclima, disponibilidad y calidad del agua, precios de frutas y verduras, estudios laborales e informes de mercados y de rentabilidad del sector.
6. Apoyar con destacado equipo de profesionales en el manejo eficiente del riego intra y extrapredial en las 3 cuencas de la región.
7. Fomentar la incorporación de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que permitan impulsar el desarrollo de proyectos de innovación competitivos a nivel regional y nacional.